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  En los vehículos con motor, el combustible se quema en los cilindros del motor con participación de oxígeno y los gases de escape se expulsan al aire después del tratamiento catalítico. Se impulsan y se mueven los pistones de los cilindros, que están conectados al eje principal del motor, y el eje gira para proporcionar potencia a los vehículos.

  No es complicado calcular la relación entre combustible y oxígeno (en realidad, aire), sin embargo, la potencia del motor cambia todo el tiempo ya que el vehículo puede acelerar o desacelerar, subir o detenerse para esperar el semáforo, por lo que la inyección de combustible será ajustado por la ECU (unidad de control del motor) todo el tiempo. La concentración de oxígeno en el escape es una indicación importante de la cantidad de inyección de combustible, cuando es alta significa que hay muy menos combustible (también llamada combustión pobre), por el contrario, la inyección de combustible es demasiada (también llamada combustión rica) cuando la concentración de oxígeno es baja. Por lo tanto, se aplica un sensor de oxígeno para detectar la concentración de oxígeno en el escape y el resultado medido se puede transmitir a la ECU para controlar la inyección de combustible y, por lo tanto, ajustar la relación aire-combustible (relación de equivalencia) y mantener el motor funcionando con la máxima eficiencia.

  También para el tratamiento de los gases de escape se utiliza habitualmente un catalizador de tres vías, a través del cual los NOx, el CO y los hidrocarburos de los gases de escape se convierten en nitrógeno, CO2, agua y oxígeno, por lo que se pueden controlar las sustancias peligrosas que se liberan al aire. Para monitorear el efecto del sistema catalítico, se puede aplicar un sensor de oxígeno para detectar la concentración de oxígeno y compararla con la anterior al tratamiento catalítico. En el caso de que se obtenga la misma concentración, significa que el sistema catalítico ya no es efectivo y la ECU dará una alarma de falla.

  Por lo tanto, el oxígeno tiene dos funciones críticas para el motor, la primera es el sensor de oxígeno delantero y la segunda se llama sensor de oxígeno trasero. Sus posiciones se pueden describir como la figura de arriba. El sensor de O2 delantero se usa para controlar la inyección de combustible y el sensor de O2 trasero se usa para monitorear el funcionamiento del sistema catalítico. El sensor de oxígeno cerámico de circonio  es el tipo más utilizado para ambos, ya que tiene resistencia a altas temperaturas, gran capacidad antienvenenamiento, además de buena resistencia al envejecimiento y larga vida útil. ATCERA puede proporcionar varios chips sensores de oxígeno de circonio para clientes globales; visite www.atcera.com  para obtener más información.